21 oct 2009
13 oct 2009
Orquesta Roja, de Nicolás Herzog
5 de abril de 2000, Concordia, Entre Ríos. Dos importantes medios nacionales transmiten en vivo y en directo desde la ciudad más pobre del país, donde un grupo guerrillero se prepara para entrar en guerra contra el orden establecido. El líder del “Comando Sabino Navarro” se atribuye flamantes atentados, y dice tener conexión con las FARC en Colombia y con los zapatistas en Chiapas. La noticia es una bomba mediática e invade la agenda periodística. Millones de espectadores y oyentes de radio siguen con preocupación las transmisiones. Pero, para esa misma tarde, ya era público y notorio que todo había sido una puesta en escena de José María Lima, Carlos Sánchez y Patricia Rivero, militantes añejos y líderes piqueteros, cansados de la indiferencia de las autoridades.
Después de la cárcel y la condena social, Nicolás Herzog los convence para que actúen su propia historia. Sin embargo, Orquesta roja no es esa película, sino un cruce entre su making of, cine dentro del cine, policial negro con todas las de la ley y documental, no sólo sobre el “confuso episodio” de aquel 5 de abril, sino sobre el papel de los medios de comunicación y el cine en la construcción de esa ficción que llamamos realidad.